- "¿Y ustedes que hacen?"
"Tú. Em, vinimos a salvarte."
"¿Vinieron a salvarme?"
"Teníamos un plan muy bueno." - ―Harleen Quinzel y Rick Flag
El Escape del Palacio de Silvio Luna fue un conflicto entre Harleen Quinzel y las Fuerzas Armadas de Corto Maltese luego de ser capturada por asesinar a Silvio Luna.
Antecedentes[]
- "Te preguntaré de nuevo. ¿Cuántos compañeros con metapoderes vinieron contigo a Corto Maltese?"
"69."
"¡¿69?! ¿Cómo entraron 69 elementos a la-?" - ―Mateo Suarez y Harleen Quinzel
Tras asesinar al Presidente Silvio Luna, Harleen Quinzel fue capturada y enviada a una cámara de tortura donde el nuevo Presidente Mateo Suarez comenzó a torturarla con ataques de electroshock, con la intención de obtener información sobre los estadounidenses enviados a Corto Maltese tras la batalla en la playa. Mientras era electrocutada, Quinzel respondía irónicamente a las preguntas de Suarez, haciéndolo enojar y retirándose de su lugar, pidiéndole a su torturador no perderla de vista.[1]
Escape[]
- "Avísame cuando vuelva en sí. A ver si le vuelve la memoria cuando le arranquemo' lo' dedos."
- ―Mateo Suarez a Verdugo
Quinzel escapa de la cámara de tortura.
Mientras fingía desmayarse, Harleen Quinzel aprovechó la distracción del torturador, quien enviaba un mensaje de texto por su teléfono. Rápidamente, utilizó sus piernas para asesinarlo, para luego agarrar las llaves de su cuerpo con los pies, llevándoselas hacia los candados en sus manos para liberarse. Acto seguido, Quinzel tomó unas botas y una pistola para salir de la cámara, encontrándose con unos guardias que se sorprendieron al verla, antes de ser asesinados por ésta. Quinzel agarró una segunda pistola de los guardias en el suelo, para luego continuar en su camino.
Quinzel dispara a soldados.
Al ingresar a una habitación que unía muchos caminos, Quinzel observó a varios soldados ingresar, a los cuales continuó disparándoles mientras giraba para esquivarlos. Una vez que todos los cadáveres estaban tendidos en el suelo, y las pistolas se quedaran sin municiones, Quinzel corrió hacia otra puerta, ingresando a un pasillo con rejas metálicas. Ahí, ella comenzó noqueando a un soldado con la cabeza mientras pateaba algunos barrotes que tenían a los guardias rompiéndose los brazos. Luego, llegó un guardia con un cuchillo, por lo que Quinzel arrancó parte de su vestido para atar al soldado y lanzarlo.
Quinzel usa la jabalina para atacar a los soldados.
Al llegar otro soldado con cuchillo que intentó matarla, Quinzel esquivaría protegiéndose con una de las rejas, con la que le golpeó en numerosas veces. Tras cortar el cuello a uno de los soldados, Quinzel tomó dos rifles del suelo para dirigirse a la puerta de salida, disparando a los soldados asustados que intentaban evadirla, mientras comenzaba a imaginar la sangre como rosas de colores. De repente, Quinzel quedó asombrada al ver la jabalina que le Gunter Braun había dado antes de morir, por lo que comenzó a usarla para matar a todos los soldados que intentaron dispararle. Finalmente, Quinzel abrió una puerta de salida por la que escapó.[1]
Consecuencias[]
- "¿Pondrás en riesgo toda la misión por una demente vestida de bufona de la corte?"
"Lo dice quien tiene una tapa de inodoro en la cabeza."
"¡No dejas atrás a tu compañero!" - ―Christopher Smith, Robert DuBois y Rick Flag
Quinzel se reencuentra con la Fuerza Especial X.
Una vez en las calles, Harleen Quinzel llamó un taxi. Sin embargo, antes de decirle al taxista a donde se dirigía, ella observó a Rick Flag con Robert DuBois cruzando la calle, por lo que abandonó al vehículo para seguirlos. Mientras tanto, la Fuerza Especial X estuvo a punto de ejecutar un plan de rescate para Quinzel, creyendo que aún se encontraba cautiva. Repentinamente, ésta última apareció detrás de Flag, quien se sorprendió de verla, antes de abortar la misión.[1]